Abrazar el mundo


Abrazar el mundo no es simplemente abrir los brazos y aferrarnos a él… es amarlo, cuidarlo, mimarlo y respetarlo.
El mundo es el lugar que nos alberga y nos permite vivir.
El mundo es el lugar donde nuestra vida se desarrolla permitiéndonos formar parte del universo que Dios ha creado.
Amar el mundo es amarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean porque… ¿qué mejor forma de cuidarlo que atendiendo cada día lo que hay a nuestro alrededor?
El ser ecológicos es fundamental para que el planeta no muera y el ser bondadosos con el prójimo es fundamental para que nuestra presencia en este planeta tenga una justificación  y razón de ser.
Abrazamos el mundo cada vez que perdonamos, cuando miramos con ojos compasivos el sufrimiento de los otros y cuando apostamos por la paz.
Abrazamos el mundo cuando somos nosotros mismos sin temor ni cobardía manifestando aquello en lo que creemos.
Abrimos nuestro corazón al mundo al elevar plegarias por el dolor causado por la envidia y el rencor.
Extendemos nuestro abrazo al mundo cada vez que confiamos en Dios con todo lo que somos.
Encar
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