Gracias Padre por cada día de luz, de aire, de agua y tierra.
Gracias Padre por hacer feliz a mi familia, mi esposa y por nuestros hijos.
Gracias Padre por la abundancia con que bendices mi hogar, y por
cada uno de los días de vida. Me asusta la tremenda responsabilidad de la educación de mis hijos, por eso Padre te pido:
Dame la fuerza necesaria para perseverar con el ejemplo.
Dame la sabiduría y la humildad para aprender de ellos.
Dame la fortaleza para luchar por ellos.
Dame la alegría para compartir con ellos.
Dame la sabiduría para educarlos.
Gracias Padre que me escuchas y siempre me has escuchado, y has
respondido a mis oraciones.
La muestra de mi gartitud hacia Ti es amarte cada día más, y sobre todo ¡servirte!, y ser de ayuda para Tu obra en este mundo.
Que el amor por Ti sea el que presida la fidelidad que debo vivir cada día de mi vida por Ti.
La alegría, la felicidad y el amolde Dios este con todos ustedes. Doy gracias a Dios Nuestro Señor por tan bellos carísimas, por cada uno de ustedes que forman ese gran equipo de Reflejos de Luz, por compartir y dar lo más bello que les ha dado el Señor. Por dar animo a quien lo necesita, fortalecer al más débil, alegrar al más serio, por ayudar a orar en los momentos de aridez, por tantas cosas bellas y hermosas que nos hacen falta, que no conocemos, que nos ayudan a crecer espiritualmente y que además podemos compartir y ayudar a otros hermanos en Cristo Jesús en diferentes circunstancias y en especial a la familia. Que Dios N. S. les permita continuar toda su vida.
Con mucho agradecimiento y mi cariño.
María Goretti Ojeda Aburto.