Nuestros tesoros


Bucear por lo más profundo de nosotros es duro y costoso, pero es algo que nos da vida y ofrece vida a los que nos rodean.  Con frecuencia preferimos permanecer de espaldas a nuestra realidad, a nuestra historia, sin darnos cuenta que en nuestro pasado se asientan las bases de lo que hoy hemos llegado a ser.
Si rebobinamos la película de nuestra vida puede que encontremos cosas que no nos gustan, cosas que nos han hecho daño sin apenas darnos cuenta, pero también encontraremos cosas maravillosas que, al visualizarlas, nos harán sentir el gran amor de Dios Padre. Cuando venimos al mundo, Dios pone en nuestras manos un gran tesoro que debemos cuidar y mimar. En el trayecto de la misma ese tesoro a veces se esconde, desaparece de repente sin preguntarnos siquiera si queremos esconderlo. Somos fruto de lo que somos y de lo que nos rodea, pero el «tesoro» está ahí”.
Cuando contemplamos el firmamento estrellado, sentimos con melancolía la grandeza de Dios, expresada también en la naturaleza, en aquello que no alcanzamos. ¿Por qué no preguntarnos sobre la grandeza que albergamos dentro de nosotros mismos? ¿sobre la grandeza que aportamos a los demás?
Te invito a descubrir tus tesoros. «Cada atardecer volvemos una página más de nuestra vida, tal y como haya quedado, ponla en manos del Padre y vuelve a empezar al día siguiente»

Encar
www.reflejosdeluz.net



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