
Cuando la confusión te acompañe perdiendo el horizonte de tu sendero, cuando la tiniebla te impida disfrutar de la belleza exterior… ¡abre ventanas!
La razón de ser de las ventanas es dejar pasar la luz a las casas, sin ellas, todo sería oscuro…
Por eso… nosotros debemos abrir las ventanas de nuestra alma para encontrar en su transparencia la luz de Dios. Solo desde ahí acogeremos su misterio, su pasión, su unicidad con el firmamento…
Abrir ventanas es dejar paso a Dios dentro de nosotros… ¡abre ventanas!
Encar
www.reflejosdeluz.net
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