Crecer en el desierto


La sequía representa más que la simple ausencia de agua; es la aridez que sofoca la vida, privándola de las mínimas posibilidades para subsistir.

En ciertos momentos de nuestra existencia, podemos sentirnos desprovistos de proyectos, ilusiones y emociones, pero así como una planta puede florecer en la soledad del desierto, también podemos encontrar la manera de dar frutos en nuestra vida, incluso cuando nos cerramos a esta posibilidad.

Las grietas en nuestros corazones jamás sanarán si no permitimos que fluya el «agua de la vida», manifestada a través del amor hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Por lo tanto, nunca consideres nada como perdido. No te desanimes cuando sientas sequedad en tu alma, porque siempre hay una presencia divina a tu lado, ofreciendo su amor misericordioso capaz de hacer posible lo que parece imposible.

Encar
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