Metas difíciles


Es posible que los demás vean poco útil mi esfuerzo por alcanzar un objetivo que, a sus ojos, parezca «absurdo». Sin embargo, si para mí ese objetivo es significativo, debo perseverar en su consecución, independientemente de lo que piensen los demás.

Es poco probable que mis metas coincidan con las prioridades de los demás, pero eso no significa que deba renunciar y dejar de esforzarme por lo que creo. Al luchar por mis convicciones, la resistencia se presenta como una oportunidad para crecer.

Cuando me empeño en lograr algo importante, fortalezco mi capacidad de esfuerzo, incluso si en ocasiones esto implica que el corazón derrame lágrimas de impotencia.

Si los demás observan mis «triunfos» con escepticismo y miradas falsas, no me dañan a mí, sino a ellos mismos al privarse de la oportunidad de apreciar y experimentar el verdadero amor y agradecimiento.

Cuando lo que parece absurdo e imposible se convierte en «posible», nuestra vida demuestra que nada debe darse por sentado a través de nuestras acciones.

Cuando Dios está en el centro de nuestras metas, nada ni nadie debería romper la ilusión de alcanzarlas.

Encar
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